sábado, 26 de febrero de 2011

Muere el cientifico chino Zhu Guangya desarrollador de la bomba atomica de China

Nota en desarrollo esperando información de agencias...

Zhu Guangya y el Premier Chino Wen Jiabao


Zhu Guangya ( chino: 朱光亚; diciembre 25to, 1924-febrero 26, 2011) fue un reconocido físico nuclear de China, y un académico de la Academia China de Ciencias . Se desempeñó como vicepresidente de 8 y 9 de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh).

Zhu asistió a la Universidad Nacional Central ( Universidad de Nanjing ) en 1941 y se graduó del departamento de física de la Universidad Nacional del Suroeste Asociado en 1945, y obtuvo un doctorado en física en la Universidad de Michigan en los Estados Unidos. Regresó a China en la primavera de 1950. Después de 1957, estuvo involucrado en los reactores de investigación nuclear. Junto con Deng Jiaxian y otros, Zhu liderado el desarrollo de la bomba atómica de China y programa de la bomba de hidrógeno.

En 1994, cuando la Academia China de Ingeniería (CAE) fue fundada, se desempeñó como el primer presidente. En 1999, recibió una medalla como reconocimiento a su contribución a China de "dos bombas, una vía" proyectos.

El primer ministro de China, Wen Jiabao, visito desde 2008  a reconocidos científicos ancianos y les expresó su gratitud sincera por sus enormes contribuciones al desarrollo de los programas científicos del país.


Zhu fue un miembro suplente del 9 y 10 de los Comités Centrales de los Partido Comunista de China , y un miembro de pleno derecho de 12, 13 y 14 de los comités centrales, 11 del CPC.

Teresa el retorno del diablo hasta pronto y hasta siempre...






La  historia   que comenzó en la red 

Los olvidados de Oscar... nosotros no los olvidamos.

Premios Oscar: olvidos en la historia del cine

Mientras Alfred Hitchcock perdió muchas veces en la categoría de Mejor Director, Charles Chaplin nunca fue nominado a los premios de la prestigiosa Academia de Cine.





El Oscar es un premio muy valorado en la industria del cine. Muchos galardones han ido a parar a quienes se lo merecían, pero hay otros que figuran como olvidos imperdonables.



El talentoso actor y realizador Charles Chaplin, por ejemplo, nunca fue nominado en los Oscar, solo logró un galardón por la banda sonora de “Limelight”.



Asimismo, en 1942, “Ciudadano Kane” no ganó el galardón a Mejor Película, a pesar de ser considerada una de las mejores cintas de la historia. Extraño es también que su realizador, Orson Welles, tras perder el premio a la mejor dirección ante Ford, no volviera a obtener una nominación en su carrera. En 1971 recibió, como tantos otros, un Oscar honorífico como compensación.



La fascinante carrera de Alfred Hitchcock tampoco fue valorada. Fue nominado seis veces en la categoría de Mejor Director, pero las seis veces perdió. Tampoco, “Vértigo”, uno de sus grandes filmes, fue nominado.

Paul Newman también corrió la misma suerte. Tras estar nominado en seis ocasiones, recién pudo conseguir un Oscar honorífico en 1986. Un año más tarde fue premiado como Mejor Actor por “El color del dinero”, pero no fue a recoger el galardón.



“Taxi Driver”, de Martin Scorsese, tampoco pudo ganar el Oscar a Mejor Película, pues fue vencida por “Rocky”.



En 1994, el Oscar al Mejor Actor fue para Tom Hanks por la película “Philadelphia”. Anthony Hopkins estaba nominado por su soberbio papel en “Lo que queda del día” pero la Academia no lo premió aquella vez.



Finalmente, en la 78 edición de los Oscar, la cinta “Brokeback Mountain” de Ang Lee fue nominada a 8 premios, de los que finalmente ganó 3 entre los que destaca el Óscar al Mejor Director. Se dio por sentado que ganaría también el Oscar a Mejor Película, pero fue sorpresivamente derrotada por “Crash”. La anécdota fue evidente cuando al abrir el sobre con el resultado, el actor Jack Nicholson no disimuló en la cara su decepción pues daba por clara ganadora a “Brokeback Mountain”.

Rihanna y Ciara protagonizan pelea en Twitter

Rihanna y Ciara protagonizan pelea en Twitter

Las cantantes se enfrascaron en una discusión por el microblogging, desencadenada por un comentario poco positivo de Ciara hacia Rihanna.





La estrella de R&B Ciara acaba de iniciar una guerra con la bella cantante de Barbados, Rihanna. Ciara se presentó en el programa “Fashion Police” del canal E! y criticó el estilo a la intérprete de “Umbrella”, a la tildó de poco “agradable”.

"Me encontré con ella hace poco en una fiesta y no era la más agradable. Es una locura porque siempre he amado y respetado lo que ha hecho con la moda y así era antes, pero esta vez simplemente no era la más agradable", señaló Ciara en el programa conducido por Joan Rivers.

Rihanna, desde su cuenta en Twitter, contestó al comentario. "Culpa mía Ci, olvidé rozarte?#quemaleducadademiparte".

Aunque ninguna se “tuiteó” directamente, las cantantes se lanzaron sátiras e ironías en varios comentarios.

"Creeme Rihanna, no quieras encontrarte conmigo ni sobre ni fuera del escenario", escribió Ciara.

"Qué macarra, no?" "Buena suerte contratando ese escenario del que hablas", siguió Rihanna. "Ciara nena, te quiero chica! Has herido mis sentimientos realmente mucho en la TV! Tengo el corazón roto! Por eso reaccioné de esa manera! Lo siento tanto! #vamoshaarreglarlo".

Al poco tiempo, Ciara respondió: "Rhi sabes que siempre ha habido amor desde el primer día! Haciendo shows/todo. Me confundiste en aquella fiesta! Disculpas aceptadas. Charlemos en persona".

La intérprete de “Rude boy” terminó esta trifulca con un repentino comentario: “broma”, por lo que no se sabe si sus disculpas hacia Ciara fueron reales o no.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Examen al teacher López Dóriga como lo ven los expertos...

Las estadísticas del #JuayDeRito y el poder de twitter. El caso @LopezDoriga1

23 FEBRERO, 2011
#JuaydeRito es, sin duda, uno de los temas que en twitter más ha durado como trending topic en México y esto gracias a unas cuantas combinaciones: twitter como herramienta, los usuarios de twitter, la televisión y un personaje público de reconocimiento nacional.
La intención de este caso de estudio, es compartirles las cifras que arrojó el trending topic en twitter #juayderito, mismas que hasta el día de hoy siguen cambiando por el impacto que tuvo en la comunidad twittera en México y el mundo.
Nota
Éste es un caso de estudio sobre el uso de las herramientas del Social Media, sus efectos y alcances. En ningún momento Dos y Media tiene la intención de señalar a persona alguna o institución en particular, ni juzgar sobre si el uso de las herramientas es correcto o no. El social media es un espacio de colaboración y nosotros queremos compartir con ustedes estos casos de estudio para que juntos encontremos cuáles son las mejores prácticas en estos nuevos medios de comunicación.
Hechos
El pasado lunes 14 de febrero, en el Noticiero de Joaquín López Dóriga que se transmite por el Canal de las Estrellas de Televisa, se anunció la entrevista de uno de los protagonistas del filme“The Rite” el ya memorable y reconocido actor Anthony Hopkins.
Joaquín López Dóriga, a través de su recién abierta cuenta en twitter: @LopezDoriga1, mantenía al tanto a sus seguidores de lo que pasaba respecto a la entrevista:
Para más o menos darnos cuenta del impacto que tenían en ese momento sus mensajes, el tweet en el que sale López Dóriga con Anthony Hopkins fue retwitteado por más de 100 personas.
Desde ese momento, según estadísticas de Trendistic, alrededor de las 23:00 del 14 de febrero, Anthony Hopkins ya era tema del momento o trending topic en México, tomando en cuenta que estaba por realizarse la entrevista. El binomio TV – Twitter ya surtía efecto.
Y llegó la entrevista, aquí un extracto:
Como pueden ver en el video, durante la entrevista hubo problemas técnicos con el sistema de traducción que llevaba Anthony Hopkins, algo fundamental para una entrevista de esas características, a lo que López Dóriga, como tenía que ser, le hizo la pregunta en inglés, el resto de la entrevista ustedes la conocen y no nos toca a nosotros juzgarlo.
En ese momento es cuando entra la herramienta: twitter. Y alrededor de las 12:00 del ya 15 de febrero, el tema López Dóriga lograba el .04% del tráfico en twitter a nivel mundial. (según estadísticas de Trendistic)
López Dóriga, apenado, y consciente de lo que había pasado, se dirigía así a todos sus seguidores:
En ésta parte haré mención de algo que supo aprovechar López Dóriga, tal vez sin la intención.
Al enviar el tweet donde dice que lo que había ocurrido iría a las ya tradicionales Mangas del Chaleco del viernes, generó que por lo menos los que en ese momento veíamos el noticiero, esperáramos al día viernes para ver de qué forma era presentada la falla que había ocurrido durante la entrevista y si es que era cierto que la iban a pasar.
A partir de ahí y hasta éste momento en el que escribo (00:05 horas del 21 de febrero) el #juayderito sigue siendo trending topic

¿Cómo surgió el #juayderito?

A través del hashtag #juayderito he intentado encontrar de viva voz al creador o la creadora de este fenómeno en twitter, sin embargo no obtuve respuesta, bueno sí algunas pero nada tenían que ver con el tema :)
Por lo que nos fuimos a las herramientas que nos ofrecen los desarrolladores para saber quién fue, en éste caso la primera, en postear el tweet que hiciera trending topic el #juayderito o lo que pudo haber sido Why The Rite?
Según Trendistic, el tweet que hizo que #juayderito fuera un trending topic fue posteado alrededor de las 11:51 de la mañana, aquí la imagen:
Y a partir de ese momento, la gráfica del #juayderito ha sido ésta:
Como pueden ver hay dos momentos en los que el trending topic llega a niveles más altos en cuanto a tráfico a nivel mundial en el twitter: Alrededor de las 00:00 del miércoles 16 con un .14% y el otro el día viernes (cuando se presentaban las Mangas del Chaleco, por eso mencioné la importancia de ese tweet) alrededor de las 11:00 hrs. con un tráfico .19%

El antes y el después del #juayderito para @LopezDoriga1

  • Según datos de twitter counter, una semana antes la cuenta @LopezDoriga1 en promedio tenía 3033 nuevos seguidores, a raíz del #juayderito durante ésta semana el promedio diario de nuevos seguidores fue de 5694 personas.
  • Antes del #juayderito López Dóriga tenía 146,969 followers, después de y hasta éste momento (00:56 hrs. del 21 de febrero) 186,881 personas que siguen a @LopezDoriga1 en una semana 39,912 nuevos seguidores #WIN
Uno de los factores claves para que esto más que dolor de cabeza para López Dóriga fuera una anécdota de buen humor y una aprendizaje tecnológico, fue que aceptó el error y además fomentó la participación de sus seguidores a través de varios mensajes haciendo mención al #juayderito, de igual forma continuó, ya que el día de las mangas del chaleco compartió el video vía twitter.
Aquí las Mangas del Chaleco completas:
Ya hemos hablado de tres actores que han participado en éste caso; twitter como herramienta, la TV como medio masivo de comunicación y al personaje público.
Pero faltan los más importantes, twitteras y twitteros que hicieron esto posible; videos, carteles, chistes, canciones, pintas de bardas, etc.
Aquí una muestra de la creatividad del ser humano, en éste caso de las y los mexicanos, y su combinación con las tecnologías :)
Imagen posteada por Sallesino

Conclusiones

Algunos factores claves que permitieron capitalizar una crisis en Social Media por parte de López Dóriga:
  • No criticó y aceptó el error.
  • No ofendió y como él dice: “aguantó vara”
  • Siguió la conversación y no lo pasó por alto, al contrario motivaba a la participación con más tweets alusivos al tema.
  • En sus tweets dejaba ver lo que iba a pasar después Ej. las mangas del chaleco.
  • Lo tomó con profesionalismo, pues muchos comentarios fueron bastante ofensivos.
  • Al día de hoy, sigue haciendo comentarios sobre el tema y ha logrado mantener junto con la comunidad twittera al #juayderito como trending topic por casi ya una semana.
  • El factor TV es clave, ya que al tener exposición todos los días, el viernes al tocar el tema y pasar el video nuevamente en la mangas del chaleco, le permitió tener ese día 7254 nuevos seguidores, según twitter counter.
  • La comunidad twittera reconoció que López Dóriga supo manejar con profesionalismo su error, además de que se ha ganado a muchos seguidores por la forma en que llevó la situación por televisión, radio y twitter.
Éste es un caso en el que se combinan varios actores importantes que generaron el impacto que ya todos conocemos, la herramienta social: Twitter, un medido masivo de comunicación: la Televisión, un personaje público: Joaquín López Dóriga y una comunidad twittera dispuesta a compartir, colaborar y madurar ante una situación que no se ve todos los días.

¿Quién ganó aquí? todos

  • López Dóriga capitalizó una crisis (bastante fuerte) y ahora tiene una comunidad más grande y seguramente más fiel en twitter.
  • La película The Rite, tuvo una publicidad en México que no tenía planeada, y lo mejor fue gratis.
  • Los twitteros nos divertimos, creamos, compartimos, apoyamos, criticamos, aportamos y lo mejor, aprendimos como se puede revertir una situación crítica en social media a favor de uno mismo, ya sea como persona o como empresa.
Seguramente el #juayderito seguirá por un rato, así es que vale la pena darse una vuelta por ese trending topic.
Nos gustaría saber qué opinas de éste caso y qué otros aprendizajes se pueden aportar al mismo. Recuerda que juntos podremos encontrar las mejores prácticas en el uso de estas herramientas.

Caso elaborado por:
Juan Manuel Romo


Link al sitio original   DOS Y IIIEDIA

domingo, 20 de febrero de 2011

Julio Scherer García HISTORIAS DE MUERTE Y CORRUPCIÓN su nuevo libro desde Proceso

Julio Scherer García





De la contraportada del nuevo libro de Julio Scherer García: Estas historias de muerte y corrupción tienen como protagonistas, además de los narcos, a los gobernantes, los policías, los políticos, los jueces, los soldados, los niños sicarios y los civiles caídos en la guerra –que no lucha– contra la delincuencia organizada...



Ala venta ya en   librerías 







Francisco Barrio  y  Vicente Fox

Fox, en su desventurada frivolidad, ofreció que llevaría a la cárcel a peces grandes que habían engordado a costa de todos. Nombró contralor a un norteño fuerte, alto, el ceño severo, estampa de la autoridad implacable. El último dato de su biografía –la de Francisco Barrio– lo describe: embajador en Canadá, sin compromiso, sin riesgo el buen sueldo, la posibilidad de ahorrar para lo que fuera. Su paseo por la cancillería negaría un episodio memorable a su favor.



 
Calderón, en su turno, desalentó desde el principio las expectativas que muchos tuvieron acerca de que él, él sí, emprendería un camino distinto al de Fox y combatiría a fondo la corrupción y su punto de apoyo, la impunidad, el cáncer más doloroso en el organismo de la nación. En un lenguaje sin explicaciones advirtió que su régimen no actuaría contra el ex Presidente ni contra su esposa, ni contra los hijos de la señora Sahagún, insistentemente señalados como corruptos; tampoco actuaría contra el saqueo a Pemex



No se ocuparía de los dispendios en el aeropuerto internacional, ni de la megabiblioteca, ni de los derroches nacidos de la irracionalidad, en suma, de ninguno de los escándalos mayores o menores en los que el sexenio foxista se había visto comprometido. 

Uno al lado de otro en la historia azul, Fox y Calderón han mantenido posiciones opuestas frente al crimen organizado. 

Ejecución en Veracruz
 

Uno dejó en paz a los capos y el otro ha fundado con ellos una galería de notables que, sin duda alguna, seguirá creciendo. Uno, Fox, cubrió al país con el delgado manto de una paz que no se ve por lado alguno y el otro, Calderón, lleva al país a una guerra desdichada.
Fox y Calderón

Sólo por fuera, pintados del mismo color, los mandatarios guardan un parecido. Pero de su relación política, inmensa su responsabilidad, poco a poco se va sabiendo más y más acerca de sus desacuerdos. Se habla ya, unidos los tiempos de ambos en Los Pinos, de la “decena perdida” y de un país que no encuentra su rumbo. 

10 años de México con Acción Nacional


Sin medir la magnitud del problema que enfrentaba, Calderón se metió entero en el agua helada de un océano sin orillas. Ignoró o no fue consciente de que el narco se había infiltrado en las capas altas, medias y bajas de la sociedad a lo largo de cincuenta años de priísmo complaciente y durante el periodo del foxismo cómplice. 




Si Calderón había tramado una alianza emergente con las Fuerzas Armadas, los narcos habían tejido sus redes, lenta, pacientemente, que el tiempo estaba de su parte. Los narcos habían adquirido cartas de ciudadanía, visibles en la geografía de la República pueblos enteros cuya respiración la debían a la droga.



Además, cerrado a una creciente inconformidad, Calderón decidió que la guerra al narco sería su guerra y él sabría de qué manera conducirla, apoyado en las Fuerzas Armadas. En su desmedido protagonismo, vistió a sus hijos, Luis Felipe y Juan Pablo, de cuatro y ocho años de edad, con el uniforme de campaña, el verde olivo del Ejército que formó el general Joaquín Amaro allá por la década de 1920. En una foto se ve a los niños en la misma línea horizontal que su papá, flanqueado el presidente de  la República por los secretarios de la Defensa y la Marina, presente también el jefe de la Fuerza Aérea.




“Son los menos”






Al dejar abiertos los cuarteles para que las Fuerzas Armadas se lanzaran contra el crimen organizado, Felipe Calderón declaró que asumiría en su integridad las consecuencias de la batalla que iniciaba. Resuelto, general de cinco estrellas, habló a la nación sobre su compromiso total en la magna batida.


Inequívoco el lenguaje, afirmó que asumiría como propios los daños colaterales de la batalla que libraba en el territorio de la nación. Los daños colaterales no podrían ser otros que las muertes de inocentes, las desapariciones, los secuestros, las mutilaciones y las mil calamidades sin remedio que trae consigo el vendaval de la violencia.


Avanzado su gobierno, en abril de 2010, afirmó que “más de noventa por ciento de las ejecuciones asociadas a la guerra contra la delincuencia obedecía al choque entre grupos del crimen”. A continuación y al referirse a los inocentes caídos en la estrategia militar para abatir el narco, acudió a palabras difíciles de aceptar:






“Son los menos”, expresó en una frase desdeñosa. “Los menos” pueden ser miles, cientos y aunque fueran unos cuantos, o sólo uno, “alguien” tendría que decirle a la nación qué fue de ellos. Los muertos sin culpa alguna, los inocentes, no dejaron la vida por un incendio propagado por el viento, un terremoto, el desgajamiento de un cerro o una tormenta tropical. Cayeron como resultado de una estrategia militar diseñada por el comandante supremo de las Fuerzas Armadas. Tocará a él, por tanto,  rendir cuentas “hasta sus últimas consecuencias” de lo acaecido en los frentes abiertos en la lucha contra el narco. Porque los muertos están ahí y ahí siguen angustiosa y paradójicamente vivos.


Masacre de 72 inmigrantes 




No existe el daño abstracto en el Estado de derecho. Simplemente, no hay daño sin su correspondiente autor, así como no hay causa sin efecto ni homicidio sin homicida. En el tiempo bélico de Calderón, de los menos” se sabe apenas que un día desdichado y sin saber por qué, la maldad los apartó del mundo.




“Al primer paso sobre el mar, me hundí” 




Coordinador de los diputados panistas en la LVIII Legislatura, Felipe Calderón iba y venía por los pasillos de la Cámara, subía y bajaba de la tribuna, rebatía con encono a sus adversarios y se hacía seguir con manifiesto interés por sus correligionarios. Se le notaba desenvuelto, seguro, estampa de un joven líder.


La Casserole


Por esa época nos reunimos en la parte alta del restaurante La Casserole, sobre la avenida Insurgentes. No recuerdo el motivo de la cita, pero sí que yo mantenía una relación cordial con buen número de militantes de Acción Nacional. Había conocido a su fundador, que me atraía sobremanera por sus maneras exquisitas y sus ojos incendiarios.


El restaurante se encontraba semivacío y bajo una penumbra que propiciaba la conversación que atañe a los asuntos personales, Calderón y yo nos confiábamos uno al otro.




Me dijo que la parábola de Jesús bajo la tormenta, aterrorizados los apóstoles en una barca que zozobraba, la llevaba en el alma como una oración. Pensaba en los apóstoles, hombres comunes y corrientes, tanto o más que en el hijo de Dios, y a los doce los relacionaba con amigos muy queridos, complicados en problemas serios.


Palabras más, palabras menos, culminó su relato entre un fino humor y el esbozo de un drama que hiere. Recuerdo el final de su relato, visión de una imagen del pasado que en mí perdura:


“Yo también -me dijo-, resuelto a salvar a los míos, a ‘mis apóstoles’, me dispuse a dejar el lanchón y caminar sobre el agua. Sin embargo, al primer paso sobre el mar, me hundí y desperté”.


A mi vez, esbocé a Calderón mi propia crisis de fe. Educado en el Colegio Alemán Alexander von Humboldt, en el Instituto Bachilleratos, dirigido por jesuitas, y en facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), inconstante y al fin autodidacta tardío, mantenía revuelto el mundo de adentro.


 Ciertamente no se llevaban la dureza germana con la seducción jesuítica y la liberalidad de estudios elementales de filosofía y letras, en la UNAM. No podía creer ni dejar de creer en Dios. No me atraía el cielo ni temía al infierno, me gustaba vivir y la vida llegaba a sentirla como un inmenso vacío.




Años después, reunidos por Josefina Vázquez Mota, desayunamos en el Centro Libanés. Calderón estaba en plena campaña por la Presidencia de la República.


Hablé sin parar y conté mis agravios con Acción Nacional. El partido había olvidado a los hombres que lo formaron y a los mejores de sus seguidores. Para Manuel Gómez Morín no había una frase reciente que valiera la pena, como tampoco la había para Efraín González Luna y Miguel Estrada Iturbide, sus contemporáneos en la naciente organización política. 


Tampoco había una línea para los primeros diputados federales,  cinco estoicos en su resistencia frente al ejército priísta que no logró aplastarlos, y al primer senador azul, histórico en su curul solitaria, habría que rastrearlo con lupa. Los diputados de partido, una innovación en el escenario camaral, pasaban inadvertidos en los órganos doctrinarios y de circulación azul, y al propio Adolfo Christlieb, en buena medida autor de la iniciativa y muchos méritos más, se le mantenía en algún escondrijo. Rafael Preciado Hernández, ideólogo, filósofo y maestro de generaciones, pasaba como figura secundaria en los hechos cotidianos del tiempo incesante. De Carlos Castillo Peraza, menospreciado por tantos, hablé largamente y con dolor.


Llegó la hora de la despedida. El monólogo me había dejado sentimientos de frustración. Quizá lo advirtió Calderón y me anunció una carta inminente.


La recibí el 17 de enero de 2006. Me llamó la atención el color del pliego, negro y anaranjado, apenas diferente del negro y amarillo del PRD. En el margen superior izquierdo de la carta se leía “Felipe Calderón”, y al lado, su figura en color naranja. En la parte superior derecha destacaba el lema de campaña: “Mano firme, pasión por México”.


El documento acusaba una falta de ortografía, mi apellido paterno sin la “c”; y mi apellido materno, que siempre me acompaña, había sido suprimido.




Sr. Julio Sherer.


Presente.


Muy querido don Julio:


Gratamente impresionado por sus convicciones y por el valor de su franqueza, le escribo estas líneas para decirle cuánto valoro su presencia en la vida pública de México a través de su trabajo diario.


Discrepo desde luego en diversos temas y percepciones, sin embargo la hondura de sus reflexiones enriquece mi visión de México y seguramente contribuirá en beneficio de la meta que me he propuesto: una vida mejor y más digna para todos.


Lo saludo con admiración y con gratitud por compartir tan generosamente su pasión sobre el destino de México.


Atentamente,
Felipe Calderón Hinojosa


Leí la carta. Lamenté su oquedad.




***




Luis Garfias Magaña


Guillermo Garduño y Luis Garfias Magaña.


El trámite se ventila con helada naturalidad: abatido un inocente por militares, la Secretaría de la Defensa Nacional cubre la indemnización a los deudos y se hace cargo de los gastos inherentes a la tragedia, esto es, la atención a las víctimas colaterales, los recursos para el funeral y la restitución de los bienes dañados en la trifulca.


El alcance de la indemnización lo determina la Defensa en una decisión sin réplica posible. Pero no sólo eso: del drama se apodera de manera íntegra, sin intervención alguna del Ministerio Público, inexistente la ley civil frente al fuero militar. Por lo que hace a los militares homicidas, sometidos al cuartel, resulta claro que carecen de voz al exterior.


Conversaba sobre el tema con el general de división Luis Garfias Magaña. Nos obligaban a la franqueza las imponderables razones de la vida. Estuvimos juntos en el Instituto Bachilleratos, dirigido por jesuitas, y habíamos compartido las vivencias de una juventud temprana. No me sorprendió su crítica al presidente de la República, tampoco oírle decir que podría juzgársele por su desempeño en la campaña contra el narcotráfico. Sus palabras respondían al peso de los inocentes caídos sin cargo ni cuentas con persona alguna.


Atenido al tiempo, el general, en el tono lento de una reflexión muy trabajada, dijo:
–Alguien tendrá que hablar por ellos.
–Ellos, dices. ¿Hablas de los inocentes muertos?
–Sí, de ellos hablo.


En su casa, apenas en noviembre, recordábamos Luis y yo el día aquel en que el prefecto del instituto, el padre Meza, lo había llamado a su oficina casi en secreto. Era importante el asunto que debía tratar con su discípulo. En la voz susurrante de la confidencia, el sacerdote le dijo que advertía en él los signos claros del llamado de Dios y lo invitaba a que ingresara en la Compañía de Jesús. Había que cumplir, eso sí, con el triple y sagrado compromiso que imponía la orden fundada por Ignacio de Loyola: voto de pobreza, voto de obediencia y voto de castidad.






Posesionado de su historia, platicaba Garfias:


“Me vio fijo, Julio, ya sabes cómo era Meza. No me quitaba los ojos, igual que si me hurgara. Yo tuve un momento de turbación sin saber qué hacer ni qué decir. Sin embargo, me sobrepuse y pude responderle: ‘No tengo inconveniente, padre, en cumplir con el voto de obediencia, tampoco con el voto de pobreza, pero el voto de castidad es otra cosa’”.


Conversábamos en la estancia de su casa, en la sección militar de la Segunda Colonia del Periodista, rodeado el divisionario de diplomas, condecoraciones y señaladamente dos fotografías de su padre, oficial de veras, al lado de Francisco I. Madero. Sensible, me condujo por sus memorias del Colegio Militar, libros y más libros, códigos y más códigos. Señaló a Napoleón y a los grandes generales de la historia, también a Miramón. “No se le ha hecho justicia”, comentó. En los pasos lentos del recorrido, sentí en Garfias la añoranza de una vida que se aproxima a los ochenta años.


De vuelta a la comodidad de dos sillones, volví al tema que me había llevado con el amigo de una época difícil de olvidar. Se trataba de las víctimas inocentes de la guerra que perturba al país.


“No es guerra, es campaña –me corrigió–, dolorosa, amarga”.






Pasé por alto su momentánea contrariedad e inquirí directamente por el trato que debería dársele a los deudos de crímenes infames y, en particular, las indemnizaciones otorgadas al arbitrio de la Defensa.


Grave su rostro, dijo sin ambages:


“El tema es delicado y no hay una línea en el lenguaje militar que se ocupe de asunto tan sensible. Los muertos de que hablamos, casi siempre debidos a accidentes, ocurren sobre todo entre personas humildes. A ellas habría que ofrecerles un alivio y la garantía de un derecho que no podría ser discutido”.




¿Cómo valorar una vida? No hay manera, nos decíamos, la vida es el cielo y la tierra unidos en un instante que será para siempre. Pero el problema podría aliviarse con una pensión vitalicia y digna, ajena a cualquier traba burocrática. “Expedito”, debería anotarse en el legajo que correspondiera a una muerte inicua.






Sin soltar el tema, el general Garfias siguió con el recuento de los más de treinta mil muertos que ya ha dejado la campaña en nuestro país y los relacionó con otros escenarios. La comparación resulta sencillamente brutal.


Dijo Garfias:


“En España, todas las muertes provocadas por grupos terroristas en los últimos cincuenta años, sumadas, son menos de las que ha habido en México durante los cuatro años pasados. Increíble. Si contamos todos los muertos de la ETA en España, el ERI en Irlanda, el Baader-Meinhof en Alemania, las Brigadas Rojas que mataron a Aldo Moro, Sendero Luminoso, los tupamaros, los montoneros, suman menos que los treinta mil en México”.


Visto el panorama que describía, le pregunté si se asumía como partidario de la suspensión de las garantías individuales en el territorio nacional.


“Absolutamente”, respondió, el adverbio emitido con la fuerza de una exclamación.


Sigue el general:


“No tendría sentido pensar en una suspensión de garantías que afectara a la República entera. La suspensión de garantías podría decretarse en un municipio o localidad pequeña que perdió hasta el hábito de vivir. Si el crimen se impone en la vida cotidiana o imprime hasta modos de ser y de conducta, algo hay que hacer para enfrentar semejante terror. Correspondería al presidente de la República asumir decisiones drásticas”.
–O sea, la suspensión de garantías.
–Cubiertos la letra y el espíritu de la Constitución, movilizados los poderes en un solo propósito, aprobada la iniciativa por el Congreso o, en su defecto, la Comisión Permanente, el Ejecutivo cumpliría con su deber en la época difícil que vivimos.


–En tu lógica, ¿por qué no se aplica la medida?
–Debilidad o miedo.


–Sería lo mismo. Pero ¿miedo o debilidad a qué?
–A la exhibición de una imagen negativa del país en el mundo.
–La mala imagen ya existe.
–Eso creo y no entiendo por qué estando la Constitución ahí, explícito el veintinueve constitucional*, éste no se aplica.
–Al iniciar la campaña contra el narcotráfico, el presidente declaró que sería responsable de los daños colaterales que su decisión pudiera desencadenar.


¿Qué opinión te merece el compromiso presidencial? –le pregunté.


–De haber aplicado el artículo veintinueve constitucional, que contempla la suspensión de garantías individuales, habría aliviado su responsabilidad.


–Volvamos, Luis, a los inocentes muertos. A causa de ellos, ¿podría juzgarse al presidente de la República?


–Debería juzgársele –reflexivo en el futuro el general agrega–: el asunto es muy grave, muy serio.


–Y al secretario de la Defensa, ¿debería juzgársele?
–Él recibe órdenes. Sin embargo, en el código te dicen que el militar no debe cumplir órdenes que configuren un delito.


–Luego, el secretario es cómplice.
–De alguna manera, sí.


–O sea, también debería juzgársele, como al presidente.
–Ya te dije. Sí.






* En el artículo veintinueve de la carta magna se lee: “En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, de acuerdo con los titulares de las secretarías de Estado y la Procuraduría General de la República y con la aprobación del Congreso de la Unión y, en los recesos de éste, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo el país o en lugar determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación; pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión se contraiga a determinado individuo. Si la suspensión tuviese lugar hallándose el Congreso reunido, éste concederá las autorizaciones que estime necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación; pero si se verificase en tiempo de receso, se convocará sin demora al Congreso para que las acuerde”. 






Con información del semanario político  PROCESO   edición 1790 
es el periodista  Julio Scherer García